viernes, 17 de noviembre de 2017

UN PENSAMIENTO SOBRE LA MÚSICA SACRA


"Las notas hacen que las palabras cobren vida. De hecho, sin la música el hombre es poco más que una piedra. Las palabras apelan al intelecto y la música a las pasiones."
J.S. Bach  

He leído ateos alabando obras maestras de música sacra como la de Bach (Jesus bleibet meine freude), e indudablemente cobra más sentido el versículo del libro de la sabiduría del capítulo 13 versículo 3 Sabiduría 13,3.5 [3]Que si, cautivados por su belleza, los tomaron por dioses, sepan cuánto les aventaja el Señor de éstos, pues fue el Autor mismo de la belleza quien los creó. [5]pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a contemplar a su Autor.
Dios nos creó a su imagen y semejanza. Nuestra creatividad, nuestro intelecto, está inspirado en Él, por Él, para Él y nuestra vida es una continúa búsqueda de todo lo bello, de todo lo que refleje al Autor de la belleza, nuestro Creador. Por eso hasta en la música lo buscamos, intentamos reflejarlo , esbozarlo, dibujarlo,sedientos de Él vivimos para buscarlo y así lo encontramos a través de una gran obra de música clásica que lleva su nombre. Sólo el Autor de la belleza puede ser capaz de inspirar en la majestuosidad de unos acordes, al son de instrumentos musicales la nostalgia de la creatura por su Creador.
La música sacra eleva nuestra mirada al cielo, como la arquitectura de esos grandes templos inspirados en Cristo se elevan queriendo tocar el cielo.
La música sacra pervive porque tiene ése aroma Divino, porque nuestros oídos reconocen que cada nota musical, armonía y contrapunto forma una especie de mapa que nos lleva contemplar una parte del inmenso e infinito océano de la belleza de Dios. Del bello rostro de Dios.


"Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido."
1 Corintios 13,12